Así comenzó uno de los más grandes engaños de la antropología.
El gigante de Cardiff, un hombre petrificado de 3 metros, apareció en el pueblo de Cardiff en el estado de Nueva York. Fue desenterrado en 1869 por unos obreros que trabajaban levantando un muro en una granja. Al ver las descomunales dimensiones del hombre, pronto se extendió la noticia de su descubrimiento, y no tardaron en aparecer por alli miles de personas para verlo con sus propios ojos, incluso cuando el dueño de la granja se dió cuenta del negocio, y empezó a cobrar 50 centavos para pasar a ver al gigante.
Mucho se especuló sobre su origen: Unos decían que era un gigante fosilizado, el cual se basaba en un pasaje de la biblia, Genesis 6:4, el cual dice: Por aquel entonces había gigantes en la tierra [...]. Otro tipo de gente, insistía en que era una estatua esculpida por los misioneros Jesuítas del siglo diecisiete para impresionar a los indígenas. Ninguno de los dos bandos cedía para ver cual era el autentico origen del gigante, pero poco después se descubrió todo el ENGAÑO.
En realidad, se trataba de uno de los mas conocidos TIMOS de la historia americana. Al dueño de una tabacalera, George Hull, se le ocurrió la idea mientras discutía sobre el pasaje de la biblia anteriormente nombrado, así que se gastó 2600 dólares en esculpir el gigante y pagar al dueño de la granja para que dejara enterrar allí el gigante. Este dinero lo recupero cuando un grupo de empresarios de Siracusa lo compró por la friolera de 37500 dólares de la época ¡Toda una millonada! Pensaban que habían hecho el negocio del siglo, pero un paleontólogo de la Universidad de Yale, hizo sonar la alarma de falsedad, ya que todavía se notaban las marcas de los cinceles al tallar el gigante. Pero el volumen de visitas no menguó, pese a que se había descubierto el fraude, sino que siguió aumentando.
Más adelante, un showman llamado P.T. Barnum intento alquilarlo durante tres meses por 60000 dólares, pero al obtener una negativa, decidió crear una copia de cera del gigante y nombrarlo "El auténtico Gigante de Cardiff", creando un falso gigante del falso gigante.
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