viernes, 29 de agosto de 2008

Drogas inteligentes?


puede resultar extraño que utilicemos la expresión “drogas inteligentes”, sobre todo porque la palabra “droga” tiene mala fama en nuestra sociedad, en esta época que vivimos. Los motivos de nuestra actitud son tres:

1. Siguiendo la definición clásica, “droga” se refiere a cualquier sustancia que no es asimilada por el organismo cuando la ingerimos -lo que sí ocurre con los alimentos, que sirven para aportar energía, construir tejidos, etc-, sino que produce alguna modificación en él y es después eliminada sin asimilarse. El diccionario de la Real Academia Española apoya esta tesis:

Droga: 1. f. Nombre genérico de ciertas sustancias minerales, vegetales o animales, que se emplean en la medicina, en la industria o en las bellas artes.
2. Sustancia o preparado medicamentoso de efecto estimulante, deprimente, narcótico o alucinógeno.
3. Medicamento.

2. Relacionado con lo anterior, utilizamos muy a propósito la expresión citada con el fin de reivindicar el sentido real de la palabra “droga” y contribuir a terminar con la manipulación y la distorsión del lenguaje (originadas por intereses socio-políticos), evidentes también en otros muchos vocablos (“utopía”, “idealista”, “cínico”, “comunista”, “fascista”...), cuyo significado actual poco tiene que ver con el real. No olvidemos que uno de los mejores métodos de manipulación es jugar con la ambigüedad terminológica y dar al lenguaje el sentido que mejor convenga.
El significado verdadero de "droga", el que defendemos, es un reflejo de la realidad, porque no existe droga buena ni mala, sino un uso bueno o malo de ella. Lo que se utiliza para curar puede también ser un veneno -dependiendo del empleo, condicionado por la información veraz que se posea-; de la misma forma que un cuchillo puede utilizarse para cortar la comida o para agredir, y, sin embargo, no se prohíbe la venta de estos útiles instrumentos cortantes.

Además, si usted se considera decente, "normal y de buena familia", si se asusta o escandaliza al oír hablar acerca de los graves daños que produce el consumo de drogas, o sobre la red de tráfico de estupefacientes desarticulada ayer mismo, debe saber que -aunque se considere tan buen ciudadano, tan moral, tan normal, tan decente- usted se droga, sí señor (o señora), no lo olvide. Y se drogan su hijo, su madre, su abuela y su vecino, porque toman analgésicos, antibióticos, anticonceptivos y psicofármacos. Nos drogamos todos, si nos atenemos al sentido correcto del término y dejamos a un lado la adulteración interesada del lenguaje

Los pioneros en el uso de vitaminas y suplementos para potenciar el rendimiento intelectual emplearon la expresión inglesa “smart drugs”, cuya traducción en castellano es “drogas inteligentes”. No parece lógico tener que inventar otra denominación para estas sustancias a causa de esa paranoia pública hacia las drogas, creada por ciertos sectores a los que beneficia claramente, o porque ellos mismos la hayan convertido -interesadamente- en una palabra tabú.

Por tanto, la elección de la expresión "drogas inteligentes" no sólo es lo más adecuado y ajustado a la realidad -sin hacer caso de prejuicios y tabúes-, sino también una defensa de un término denostado injustificadamente, y -pasando del mundo del lenguaje al real- la reivindicación del derecho de toda persona a consumir lo que le plazca, en un entorno de información veraz -para conocer lo positivo y lo negativo de lo que la naturaleza y la química nos ofrecen-, siempre que no interfiera en la vida de los demás.






Podemos ser más inteligentes?
Podemos pensar más eficazmente? Puede nuestra memoria ser más rápida y retener mayor cantidad de datos y por más tiempo?
Hay algo que podamos hacer para resolver problemas de manera más veloz?
Para contestar estas preguntas, el lector probablemente piense en ejercicios de gimnasia mental.
Sin embargo, el objeto de nuestros escritos es bien distinto porque nos ocupamos de describir las sustancias (alimentos, vitaminas, minerales, aminoácidos, plantas, productos de síntesis) capaces de mejorar las funciones cognitivas de quienes las toman.

Puede una droga mejorar mis capacidades intelectuales?
La pregunta que inmediatamente surgirá en el lector es: "Pero, es esto posible? Realmente una sustancia química puede hacer que mis pensamientos sean mejores?" La respuesta es afirmativa: el cerebro es el órgano encargado de los procesos cognitivos y, como tal, tiene una determinada estructura físico-química susceptible de ser alterada (para bien o para mal) por medio de determinadas sustancias que, por tener esta propiedad, son llamadas psicoactivas.

Es grande la cantidad de productos, plantas, alimentos, etc, que influyen de alguna forma sobre nuestro cerebro, incluidos alcohol, tabaco y sustancias no legales.
En nuestro caso tratamos las denominadas drogas inteligentes, traducción del término inglés smart drugs, comúnmente utilizado para designar este tipo de productos.
Es también frecuente el uso de la palabra nootrópicos, que procede del griego noús (mente) y trópos (movimiento), dando a entender que se trata de sustancias cuyo objetivo es actuar sobre las capacidades cognitivas.

Debemos avisar que esto no es la panacea universal.
Hay muchas afirmaciones no comprobadas y propiedades difíciles de demostrar que se atribuyen a estas sustancias.
Sin embargo, es un hecho que funcionan, unas en mayor medida que otras.

Hablando sobre la seguridad en su uso, comparadas con la mayoría de las medicinas comúnmente recetadas, incluso las smart drugs más fuertes carecen relativamente de efectos secundarios cuando se toman en dosis normales, y la mayoría de las veces sus problemas no proceden de ellas en sí, sino de adulteraciones o usos inadecuados, como por ejemplo el famoso caso del triptófano adulterado en 1989 que produjo bastantes casos de eosinofilia-mialgia.
Este aminoácido es inofensivo, y fue su adulteración lo que provocó los problemas sanitarios.
Casualmente, el triptófano fue prohibido poco antes de salir al mercado el antidepresivo más popular, el Prozac, que tiene las mismas indicaciones terapéuticas que nuestro aminoácido natural y muchos más efectos secundarios.

Tipos de smart drugs
Establecer una división de este tipo de sustancias basándose en sus efectos es tarea complicada, sobre todo porque solemos referirnos a una droga mencionando sus propiedades tranquilizantes o estimulantes, cuando muchas de ellas se caracterizan no por tranquilizar o estimular, sino por estabilizar el ánimo llevándolo a su justo medio.
Si el sujeto antes de su ingesta se encuentra bajo de ánimo, la droga le llevará al equilibrio estimulándole; si por el contrario la persona padece de ansiedad o nerviosismo, el mismo producto le equilibrará tranquilizándole.

Es más fácil establecer una división en lo que respecta a su composición.
Así, podemos distinguir entre nutrientes inteligentes y drogas inteligentes propiamente dichas.
Los primeros serían sustancias naturales, es decir, podemos encontrarlos de alguna forma en la naturaleza. Los segundos serían obtenidos exclusivamente tras algún tipo de síntesis química, no existiendo de otra manera.

Sin embargo, a efectos de mejor comprensión y manejo de la información, parece adecuado enmarcar cada sustancia dentro del efecto aparente que produce. Así, hablaremos de:
1) Sustancias tranquilizantes o relajantes
2) Sustancias euforizantes o estimulantes
3) Potenciadores cognitivos, que mejoran las funciones intelectuales al influir favorablemente en alguno de sus procesos

En esta ocasión nos limitaremos a dar una breve lista de los tranquilizantes, estableciendo varias subdivisiones:

Plantas y alimentos
Kawa kawa, hipérico, valeriana y similares (passiflora, flor de azahar, melisa, amapola californiana...), ginseng, avena sativa, gotu kola, lecitina, glúcidos (tomados por la noche para favorecer el sueño)
1.b Vitaminas y minerales
Vitamina B3, magnesio, taurina, calcio, colina, fosfatidilcolina, fosfatidilserina, ...
1.c Aminoácidos
Triptófano, GABA, ...
1.d Sustancias más potentes
Betabloqueantes, melatonina, deanol, benzodiacepinas...
plantas estimulantes
El café El té El cacao La hoja de coca El tabaco
La efedra..y asi podriamos seguir una larga lista.
En muchas enfermedades cronicas y dolorosas..o algún tpo de cancer .esta autorizado fumar el cannabis y el doctor las autoriza..ya que este tipo de droga calma el dolor.

Un compuesto hallado en el cannabis podría detener el cáncer de seno que se esparce atraves del cuerpo. Investigadores del centro de investigaciones medicas de california (The california Pacific medical center research) están esperanzados de que el cannabidiol o CBD pueda ser una alternativa no-toxica de la quimioterapia. El CBD, no posee propiedades psicoactivas como el cannabis, así que su uso no violaría las leyes, pero sería inhumano no permitirles gozar de estos efectos.

CBD trabaja bloqueando la actividad del gene llamado Id-1, el cual se cree que es el responsable de la agresiva expansión de las células cancerígenas, afuera de la zona del tumor original.







asi que no siempre podemos decir a boca llena.. ..NO A LA DROGA... siempre depende de cada caso..NO CREEN?
Aúnque Personalmente siempre trato de evitar aunque sea un paracetamol.

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