Michelle Obama ejerció de perfecta anfitriona de los 50 gobernadores de Estados Unidos invitados a cenar a la Casa Blanca. Michelle se ocupó de todo, desde el menú hasta la elección de la banda que amenizó la velada. También permitió que seis estudiantes de una escuela culinaria asistieran como pinches de los cocineros de la Casa Blanca. La primera dama dijo a los futuros chefs que a su hija pequeña, Sasha, no le gustan las verduras, pero los cocineros se esmeran en camuflárselas.
Entre fogones. La primera dama, que eligió de menú para la gala ensalada de cítricos con pistachos, pasta con cangrejos y alcachofas, espinacas a la crema, vieiras, carne de res y dulces.
La primera dama informa de los platos a confeccionar y los supervisa personalmente en las cocinas de la Casa Blanca.
Entre los invitados
Arnold Swarzenegger, gobernador de California, con su mujer, María Shriver.
Dos días después de la cena de gala, la Casa Blanca volvió a ser escenario de otro encuentro muy emotivo para los Obama. El presidente recibió a Stevie Wonder, a quien entregó el Premio Gershwin de Canción Popular que concede la Biblioteca del Congreso.
Michelle, confesó haberse enamorado con las letras del cantante. El matrimonio confesó su admiración por el cantante: “Honramos a un hombre con cuya música y letras yo me enamoré cuando era una niña –dijo Michelle–. El primer álbum que me compré era suyo. Años después, Barack y yo elegimos su “You and I” como nuestra canción de boda”. Obama siguió a su esposa con humor: “Creo que es justo decir que si yo no hubiera sido fan suyo, Michelle no habría salido conmigo”.
Si Barack confesó ser fiel seguidor de Stevie Wonder, el cantante no se quedó corto en halagos:
“A nuestro país se le mira a través del amor, el compromiso y el cuidado de nuestro presidente”.
La esposa de Obama está muy pendiente de la educación de sus hijas, como ha confesado en la revista People. En ella, asegura que las niñas siguen haciendo sus camas, ordenando sus habitaciones y lavando los platos. También tendrán que ser responsables de la mascota que adquirirán en abril, un perro de aguas portugués, una raza que provoca menos reacciones en los alérgicos, como es su hija mayor, Malia. Respecto a su nueva vida, ha detallado que las niñas pasean libremente por la Casa Blanca, tratando de que la sientan como su hogar.
Cada día el matrimonio se levanta a las cinco y media de la mañana para hacer ejercicio, luego la familia desayuna y también cena junta. Barack, que ha dejado de fumar, acuesta a sus hijas por la noche. Sobre su amor, desvela que el secreto es saber reírse juntos.
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